Hace no muchos días, mantuve una amistosa charla con un colega del sector sobre cómo había tenido lugar la evolución técnica en el sector de la pavimentación asfáltica en las últimas décadas. El cambio de impresiones se centró si en la actualidad se estaba produciendo un mayor nivel de innovación que hace unas décadas o si el ritmo permanecía más o menos inalterable.

Un hecho sí es cierto: en los periodos en los que ha habido un ritmo de contratación regular las mismas obras han sido utilizadas de forma habitual como banco de pruebas de nuevos productos y tecnologías, mientras que la situación actual de déficit alarmante de contratación limita en gran manera dicha innovación, ya que el paso de los diseños o experiencias de laboratorio a la escala real no encuentra tramos de prueba adecuados.

Si echamos la vista atrás podemos identificar hitos tecnológicos que han generado los cambios más relevantes en el sector. El primero de ello es la llegada a finales de los años 80 del uso comercial de betunes modificados, lo que ha permitido el desarrollo de mezclas bituminosas que de otra forma sería difícil de concebir, como son las mezclas drenantes y la mezclas BBTM. Aunque en menor grado, el desarrollo y uso de las mezclas de alto módulo también tuvo gran importancia, tal vez más por la concienciación que generó entre los diseñadores de pavimentos a la hora de seleccionar materiales para las diversas capas que los forman aplicando a cada una de ellas características funcionales específicas .

La segunda oleada de cambios ha tenido un origen distinto, no debiéndose tanto a la aparición de nuevos materiales como al uso de los métodos de ensayo como una herramienta para optimizar y mejorar las propiedades de las mezclas bituminosas. En este sentido, la llegada del marcado CE supuso una ventana abierta a lo que en Europa se estaba llevando a cabo y una oportunidad de utilizar métodos de ensayo de otros países en el nuestro. La conclusión que podemos sacar es que a veces la innovación no surge tanto de la “inventiva” como del trabajo sistemático de puesta a punto de tecnologías de caracterización de materiales y pavimentos.

La Jornada de Ensayos de Mezclas Bituminosas se concibió como un escaparate para que muchos desarrollos técnicos publicados que apenas tenían visibilidad pública encontrasen un lugar donde darse a conocer. Llegados a la novena edición podemos afirmar que aquel deseo inicial se ha cumplido sobradamente, habiéndose convertido en el evento “de y para los técnicos” del mundo de la pavimentación asfáltica.

La novena edición, que se celebra el 7 de marzo, coincide con un hecho realmente relevante en el sector: llevamos una década de aplicación del marcado CE de las mezclas bituminosas. El desembarco de nuevos ensayos y de normas de producto ha supuesto un antes y un después en la gestión de los laboratorios y de las plantas de producción. Este cambio ha traído cosas buenas y, posiblemente, algunas decepciones.

Puesto que las jornadas de ensayos se han caracterizado por ser el foro en el que más interlocución con la audiencia se puede encontrar, el haber incluido una sesión dedicada al Marcado CE abre una oportunidad al debate para potenciar lo bueno que ha traído el Marcado CE y pulir la ineficacias que han aparecido por el camino.

Hay que recordar también que el Marcado CE de mezclas bituminosas ha venido acompañado de desarrollos paralelos en el caso de los betunes y las emulsiones bituminosas. En ambos familias de ligantes se han introducido importantes cambios en los métodos de caracterización lo que permite una mejor adecuación del tipo de ligante a las propiedades deseadas para las mezclas bituminosas.

Enlazando con la reflexión anterior, relativa a la importancia que sobre la innovación han tenido las tareas de puesta a punto y mejora de las tecnologías de caracterización de materiales y pavimentos, las diversas jornadas de ensayos celebradas han tratado de temas tan relevantes como: el análisis de métodos de ensayo de mezclas bituminosas (siendo el germen de la Monografía 19 de Asefma), el análisis de le incertidumbre de los ensayos, el control de calidad total de los pavimentos, los estudios realizados por el grupo Aleas sobre la compactación giratoria o sobre el ensayo de pista, el control en planta y los FPC etc.

Es evidente que dada la importancia de las temáticas anteriores y la calidad de los equipos de profesionales que han trabajado en España sobre dichos temas podemos afirmar que nos encontramos en la vanguardia tecnológica del mundo de la pavimentación y que si hay que poner un pero, éste vendría dado por la falta de recursos humanos y materiales causados por una crisis económica que aún continúa cebándose en el sector.

Con total seguridad soy parcial en la valoración, pero la cantidad de profesionales de primer nivel que hacen posible las jornadas de ensayos de mezclas bituminosas dan ánimos para continuar en un trabajo que da servicio a millones de ciudadanos cuando circulan con sus vehículos por nuestras carreteras.